viernes, 19 de junio de 2015

ADMIRARSE es la capacidad de descubrir milagros


Me parece imprescindible que un joven ADMIRE su lengua, al igual que las obras literarias más importantes de su cultura. Es necesario que se forme conociendo de dónde viene, cómo fueron los hombres y mujeres que vivieron antes que él y cómo fue evolucionando su lengua hasta ser la que es ahora. 

Considero que conocer lo que sentían, lo que pensaban, lo que hablaban en épocas pasadas es una buena forma de entender el presente y creer en él.

Por eso, me parece muy importante conseguir que sientan que su lengua y su literatura es parte de ellos. Si consigo que el alumno crea en esto, sólo tengo que hacerle vibrar con una historia, con un sentimiento… para que, aunque esté lejos en el tiempo, lo sientan próximo y actual.

Concurso literario
Biblioteca Valenciana
Me encanta trabajar con jóvenes. Llevo muchos años con alumnos de las mismas edades y sólo puedo decir que soy feliz con ellos. Creo que me dan más de lo que yo les puedo ofrecer. Lo que más me gusta de ellos es que, aunque crea que los conozco muy bien, siempre me sorprenden con ideas, gestos, pensamientos,… espontáneos y frescos que hacen superarme.


Con el tiempo he aprendido que todos no son iguales, y menos mal. Esto hace que me esfuerce por comprenderlos y buscar la forma de enseñarles lo mismo, pero a cada uno según lo que necesite o hasta dónde sea capaz.

Teatro siglo XX
Intento sacar lo mejor de ellos. Para ello, busco cuál es la habilidad, la gracia, el don, la destreza que destaca en cada uno y se lo hago saber, simplemente diciéndoselo y reforzándole positivamente.

Es un privilegio vivir el momento en el que le haces saber a un alumno que es muy bueno en algo, porque compartes con él la ilusión de sentirse importante. Ese momento es especial.

Café literario
Para conseguir que se motiven y sientan curiosidad por aprender, y por qué no decirlo, para motivarme e ilusionarme yo también, preparo dinámicas y metodologías que nos sorprendan y que nos hagan salir un poco de la rutina.

No se trata de dinámicas espectaculares, ni grandilocuentes, hablo de actividades sencillas que despiertan su curiosidad y que hacen que se esfuercen por investigar y participar.

Trabajo por rincones
Esto me ocurrió con los alumnos de 1º Bachiller cuando estudiábamos el Renacimiento. Es una época fabulosa, pero ellos la veían lejana y arcaica. Agrupé a los alumnos y preparamos un “trabajo por rincones” para que investigaran qué pensaban, qué inventaban, qué comían, que sentían… los hombres y mujeres del siglo XVI. Se metieron tanto en la dinámica que consiguieron entusiasmarse y yo con ellos.

Trabajo cooperativo
Y ahora me doy cuenta que desde que empecé a dar clases siempre he buscado su motivación y la mía. Siempre he buscado la manera de demostrarles que “ayer, hoy y mañana” están unidos y que en todos los tiempos hay posibilidad de comprender, expresar, escribir, leer y contar lo que se siente, lo que se piensa o lo que se quiere denunciar o alabar.

El Día E
Día del libro
En este curso he disfrutado de más momentos en los que se ha creado un clima especial. Por ejemplo, cuando los alumnos de 4º ESO eran portavoces y anfitriones de “El día E en Santa Ana”. O cuando charlábamos sobre literatura en la biblioteca con un café. O cuando comentábamos los mejores momentos de una representación teatral al día siguiente de ir a “ver teatro”. O cuando ellos eran los actores que representaban los versos de Lope… 

No sé, son muchos momentos y han sido mágicos. Es como si la vida te regalara la frescura y la juventud de sus vivencias.

Sin embargo, no siempre es fácil llegar a ellos. Hay que dedicar muchas horas a pensar, averiguar y buscar cuáles son sus gustos, su lenguaje, sus formas de comunicación. Nunca cuento las horas que dedico a investigar y formarme para intentar acercarme a ellos, porque prefiero evaluar los frutos y valorar lo que han aprendido. Y así, superarme con aquello de “ensayo – error”.

Teatro siglo XVII

Y hace tiempo sucedió lo que nunca imaginaba, me metí en ese mundo tan complicado y delicado donde se entretejen tantas historias, comentarios, imágenes, vídeos, ideas,… las redes sociales.


Me metí allí porque ése es su mundo y desde allí los puedo entender más. Por eso, desde hace años utilizo algunas redes como Twitter, Facebook e Instagram para comentar poemas, inmortalizar momentos mágicos, recomendar libros o canciones,… Es curioso ver cómo un poeta puede empezar a ser famoso para ellos sólo porque lo comentamos con un tuit.



Concurso literario
Consell Valencià de Cultura
Yincana modernista




miércoles, 17 de junio de 2015

Rescatar del olvido

EN UNA DESPEDIDA

A Jimmy Baldwin

Tardan las cartas y son poco
para decir lo que uno quiere.
Después pasan los años, y la vida
(demasiado confusa para explicar por carta)
nos hará más perdidos.
Los unos en los otros, iguales a las sombras
al fondo un pasillo desvayéndonos,
viviremos de luz involuntaria
pero sólo un instante, porque ya el recuerdo
será como un puñado de conchas recogidas,
tan hermoso en sí mismo que no devuelve nunca
las palmeras felices y el mar trémulo.
Todo fue hace minutos: dos amigos
hemos visto tu rostro terriblemente serio
queriendo sonreír.
                            Has desaparecido.
Y estamos los dos solos y en silencio,
en medio de este día de domingo,
bellísimo de mayo, con matrimonios jóvenes
y niños excitados que gritaban
al levantarse tu avión.
Ahora las montañas parecen más cercanas.
Y, por primera vez,
pensamos en nosotros.
A solas con tu imagen,
cada cual se conoce por este sentimiento
de cansancio, que es dulce —como un brillo de lágrimas
que empaña la memoria de estos días,
esta extraña semana.
Y el mal que nos hacemos,
como el que a ti te hicimos, lo inevitablemente
amargo de esta vida en la que siempre, siempre,
somos peores que nosotros mismos,
acaso resucite un viejo sueño
sabido y olvidado.
El sueño de ser buenos y felices.
Porque sueño y recuerdo tienen fuerza
para obligar la vida,
aunque sean no más que un límite imposible.
Si este mar de proyectos
y tentativas naufragadas,
este torpe tapiz a cada instante
tejido y destejido,
esta guerra perdida,
nuestra vida,
da de sí alguna vez un sentimiento digno,
un acto verdadero,
en él tu estarás para siempre asociado
a mi amigo y a mí. No te habremos perdido.

JAIME GIL DE BIEDMA