domingo, 7 de febrero de 2016

Escuela de oratoria, Atenas

Uno de los ejercicios que más me gusta hacer es tomar café con mis alumnos y hablar sobre literatura. Y ésta es una práctica que no hemos inventado los profesores del siglo XXI, ya los griegos y los romanos en las escuelas de oratoria aprendían a hacerlo. Aunque no creo que tomaran café.
Biblioteca del colegio, La casa de los espíritus
Como otros años, el pasado viernes hablamos sobre La casa de los espíritus en la Biblioteca del cole. La verdad es que siempre aprendo algo nuevo. Los alumnos de 2º de Bachiller a veces ven cosas que una ni sospechaba. Como por ejemplo, descubrir la importancia del personaje de Nana en la novela.

Ubik Café, Ruzafa. La noche en que Frankestein leyó el Quijote
También estuve analizando con los alumnos de 1º de Bachiller los relatos que S. Posteguillo escribió en La noche en que Frankenstein leyó el Quijote. En esta ocasión fuimos a Ubik Café en Ruzafa. Esa cafetería da un ambiente más bohemio a la tertulia, lo que hizo que ellos disfrutaran mucho. Y una vez más, aprendí algo nuevo de ellos. 

En septiembre cuando leía la “Introducción al currículum de Lengua y Literatura española para Bachillerato”, me alegró saber que la LOMCE busca los mejores aprendizajes posibles para los alumnos y alumnas. Y entre otros propone el “aprendizaje dialógico” para transformar las relaciones, nuestro entorno y nuestro propio conocimiento. El profesor, por tanto, tiene que buscar diversas interacciones, donde el diálogo esté basado en una relación de igualdad y no de poder, donde todos y todas tengamos conocimiento que aportar. 

Seguiré con estos ejercicios dialógicos que favorecen el aprendizaje mutuo. 

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